CÁTEDRA BANÚS |
¿Quieren formar parte de un proyecto
solidario de análisis de agua? Fue el disparador que nos hizo
atravesar muchas y distintas experiencias. Todo proyecto trae consigo una oportunidad
de aprender, de explorar, de descubrir, en cada una de sus etapas. Personalmente nos encontramos con la
posibilidad de ayudar desde un punto de vista distinto al habitual, y no
tuvimos que pensarlo mucho para dar una respuesta afirmativa a la pregunta
disparador. González Catán sería el primer punto
a analizar. Previo aviso a los vecinos, fuimos a tomar muestras del agua que
cotidianamente usan; ya sea para hidratarse, bañarse, lavar la ropa o regar las
plantas. Agua de pozo, agua de red o de bidón. Buscábamos encontrar (o no!)
contaminantes microbiológicos y residuos fisicoquímicos en su composición. Durante el análisis propiamente
dicho, realizamos mediciones de pH, conductividad eléctrica, dureza, cloro,
flúor, nitratos, y metales pesados; así como también cultivos in vitro de
Escherichia coli, aerobios mesófilos y Pseudomona Aeuruginosa. Dice Nicolás: Descubrí que me
encanta calibrar los pHmetros, y que la motricidad fina no es mi fuerte - sobre
todo cuando se trata de manejar muestras en espacios reducidos-, y que hay que
respetar los resultados sin discriminar a los que no coinciden con nuestras
hipótesis. El clima de trabajo era más que agradable, sin dejar de lado la
responsabilidad por la tarea llevada a cabo, y de constante aprendizaje. Pero también encontramos otros
matices que nos gustaría compartir. Encontramos miradas expectantes, brazos
abiertos y sonrisas; pequeñas riquezas aún bajo condiciones que muchos
considerarían infrahumanas. Miradas confusas, -¿Son doctores mami?- preguntó una
nena a su mamá, quien nos miraba mientras hacía una desconfiada radiografía con
sus pupilas. Es que resulta difícil a veces
obtener confianza donde la gente está cansada de que la usen. Nicolás Montemurro y Agustina Ranieri |